Un conjunto de plazas urbanas modelan el volumen de arcilla dando lugar a una biblioteca de gran continuidad espacial para el aprendizaje y la lectura
En respuesta al contexto más cercano una serie de retranqueos que forman plazas urbanas son las que modelan el volumen de la biblioteca. Estas plazas urbanas permiten el acceso de la biblioteca a sus distintos niveles y usos. El acceso principal desemboca en el corazón de la biblioteca, el salón de actos y el patio, que son espacios versátiles que aumentan o disminuyen según la necesidad y que refuerzan el aspecto público de la biblioteca.
La biblioteca se divide en dos plantas continuas, los usos más públicos y de mayor nivel de ruido, como la sala polivalente, el área de informática, la zona infantil y la sala de estudio 24 horas, se sitúan en planta baja, mientras que la zona de lectura y consulta se ubica en primera planta con gran continuidad espacial y una iluminación controlada.
La fachada recrea el pasado de Villaverde cuando la arcilla que empleaban los escultores de Madrid procedía de la zona.
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